Dicen que: «El único progreso real radica en aprender a equivocarse solo». (Albert Camus) y que «No se aprende nada siendo perfecto. ¡Hay que equivocarse!» (Anónimo)
Creo que, todos los seres humanos somos imperfectos y nos vamos a caer y equivocar (por acción u omisión), aun queriendo hacer las cosas bien.
Si la persona está sinceramente buscando actuar desde el amor, propongo que reemplacemos la palabra “error” por la expresión “intento fallido” y reconozcamos que “está haciendo lo mejor que puede” dadas las condiciones del momento y dado su nivel de conciencia, salud espiritual y psicológica.”
Basándome en lo propuesto por Oliver Burkeman distingo que hay a lo menos 3 formas de experimentar la vida:
• Vivir sin arrepentimientos. Corresponde a la ideología consumista de nuestra época (no solo de cosas sino en este caso de experiencias) que nos incita a llevar una existencia en la que nos atrevemos a hacer todo lo que se cruza por nuestra mente o que emerge de nuestros instintos.
• “Carpe diem” : Abraza el día y confía mínimamente en el futuro dice el poeta romano Horacio en su Oda 1:11. Equivale a tomar decisiones atrevidas, para no arrepentirse más tarde, porque “solo se vive una vez”
• “Amor fati” : amor por el propio destino propuesto por Nietzsche; es decir, aprender a amar las elecciones que ya has hecho, atrevidas o no.
Aprender de los intentos fallidos depende de nuestros niveles de conciencia, salud espiritual y psicológica.
Así, sólo para algunas personas los errores pueden ser fuentes de aprendizaje. Para otras no.
Esteban Rodríguez
Psicólogo y Coach Senior